Con la llegada de la primavera las alergias tienen un pico de presentación. Se trata de cuadros clínicos donde el sistema inmune de la persona reacciona ante un objetivo que no supone ninguna amenaza, pero que el organismo erróneamente lo considera como tal.
Sus síntomas son molestos, y van desde estornudos, tos, ojo rojo, manifestaciones en la piel, dificultad respiratoria e inclusive cuadros más graves y letales.
El tratamiento habitual son los antihistamínicos y con la floración en primavera los problemas alérgicos constituyen un motivo frecuente de consulta.
Es adecuado determinar a qué es alérgico una persona y para ello pueden realizarse las pruebas oportunas e instaurarse vacunas para lograr su prevención.
Las alergias pueden producirse también por medicamentos, alimentos, picaduras de insectos, animales y por supuesto por sustancias inhaladas, ya sean ácaros, pólenes u otras.
Entre los consejos que pueden darse a las personas con problemas alérgicos se encuentran:
- Obtener información sobre los árboles o plantas que se lo provocan, así como sus épocas de polinización.
- Evitar, dentro de lo posible, el desarrollo de actividades en el exterior, sobretodo en días de viento.
- Limpiar cuidadosamente la casa, eliminando elementos que acumulen polvo, como por ejemplo alfombras o peluches.
- No fumar, ni estar en espacios que acumulen humos.
- Evitar los ambientes contaminados y evitar infecciones que puedan contribuir a desencadenar crisis.
- Precaución en zonas como parques, jardines o montaña.
- Viaje con las ventanillas del coche cerradas, y utilice filtros adecuados en el sistema de aire acondicionado.
- Utilice gafas de sol e inclusive si lo precisa mascarillas humedecidas.
- Si toma frutas o vegetales frescos, lávelos antes de comerlos, para evitar que pudieran estar adheridos granos de pólenes.
- Evite tumbarse en el césped o prados. No seque la ropa en el exterior.